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Conozca como evitar corrosión y como garantizar la calidad en el acero inoxidable

Los aceros inoxidables pueden presentar puntos de “corrosión”, que siempre son provocados por agentes externos, principalmente cuando el cuidado con la limpieza no sea constante y adecuado. La resistencia a la corrosión del acero inoxidable se debe principalmente a la presencia del cromo que, en contacto con el oxígeno, permite la formación de una finísima camada protectora. Esta camada protectora se forma sobre toda la superficie del acero, bloqueando la acción de los agentes externos que provocan la corrosión. Para que su brillo y limpieza se mantenga lo recomendable es:
  • Limpieza de rutina. Los mejores amigos del acero inoxidable son el jabón, los detergentes (suaves y neutros) y los removedores en base a amoniaco. el amoniaco debe comenzar por diluirlos en agua tibia para aplicar sobre la base del producto, con la ayuda de un paño o una esponja de nylon. Después se enjuaga con bastante agua (de preferencia tibia) y se seca con un paño tibio. El secado es fundamental para evitar la aparición de manchas en la superficie del producto.

  • Manchas leves. Si la limpieza de rutina no fuera suficiente, aplicar una mezcla hecha con yeso o bicarbonato de sodio. Disolver con alcohol de uso doméstico hasta formar una pasta, usando un paño o una escobilla de nylon para limpiar la superficie del acero inoxidable. De preferencia, usar una escobilla de cerdas duras, pero teniendo mucho cuidado de no rayar, utilizándola de la manera más suave posible. No hacer movimientos circulares, sino pasadas largas y uniformes. Luego enjuagar con bastante agua.

  • Manchas acentuadas. Realizar una pre inmersión del producto en solución de detergente (tibio o caliente) o de removedor casero en base a amoniaco y agua. Si no bastara con esto, recién entonces recurrir a productos más agresivos, como removedores en base a soda cáustica usados en limpieza doméstica, siguiendo el procedimiento indicado para remover manchas leves. Si la suciedad o las manchas persisten, recurrir a productos más abrasivos como los pulidores. Finalmente enjuagar y seguir la limpieza de rutina.